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Conociendo y Haciendo la Voluntad de Dios

George MullerGeorge Müller, dio esta explicación de cómo conocía y hacía la voluntad de Dios:

No recuerdo un período de tiempo en que haya procurado conocer, con sinceridad y paciencia, la voluntad de Dios mediante la revelación del Espíritu Santo, por medio de la Palabra de Dios, en que no haya recibido siempre la dirección correcta. Sin embargo, si me faltaba sinceridad y rectitud delante de Dios, o si no aguardaba con paciencia la instrucción, o si prefería el consejo de otros hombres en lugar de las declaraciones de la Palabra del Dios viviente, cometía grandes errores.

¿Qué ayudó a Müller a conocer la voluntad de Dios una y otra vez?

  • Procuró sinceramente la voluntad de Dios.
  • Aguardó con paciencia hasta obtener palabra de Dios en las Escrituras.
  • Procuró que el Espíritu Santo le diera revelación a través de la Palabra de Dios.

¿Qué le llevó a cometer errores al querer conocer la voluntad de Dios?

  • La falta de sinceridad.
  • La falta de rectitud delante de Dios.
  • La impaciencia al aguardar una respuesta de Dios.
  • Preferir el consejo de hombres en lugar de las declaraciones de la Escritura.

Así dice George Müller que es como llegó a establecer una relación íntima con Dios.

  1. Al comienzo, procuro que mi corazón asuma tal actitud que no forme prejuicio alguno con respecto a un asunto en particular. Por lo general, el 90% de los problemas de las personas se deben a esto. El 90% de las dificultades se superan cuando nuestro corazón está listo para conocer la voluntad de Dios.
  2. Cuando lo logro, no dejo el resultado librado a sentimientos o meras impresiones. Si así lo hiciera, corro el riesgo de cometer grandes errores.
  3. Procuro conocer la voluntad del Espíritu de Dios a través de su Palabra o en relación con ella. El Espíritu y la Palabra deben combinarse. Si solo busco el Espíritu, sin la Palabra, también corro el riesgo de cometer grandes errores. Si el Espíritu Santo realmente nos guía, lo hará conforme a las Escrituras y nunca en contra de ellas.
  4. A continuación, tomo en consideración las circunstancias providenciales. A menudo, tales circunstancias indican la voluntad de Dios en relación con su Palabra y su Espíritu.
  5. En la oración le pido a Dios que me revele su voluntad.
  6. Por lo tanto, a través de la oración a Dios, el estudio de la Palabra y la reflexión, arribo a una decisión firme conforme a mi capacidad y conocimiento, y si me siento en paz al respecto y sigo estándolo después de dos o tres oraciones adicionales, sigo adelante como corresponde.

Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída y para presentaros sin mancha en presencia de su gloria con gran alegría, al único Dios nuestro Salvador, por medio de Jesucristo nuestro Señor, sea gloria, majestad, dominio y autoridad, antes de todo tiempo, y ahora y por todos los siglos. Amén.

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